Hoy la soja es el cultivo de mayor importancia a nivel mundial, y sus derivados son la principal fuente de ingresos para la Argentina.

Cuando se inició su siembra, a fines de la década del ’60, se cosechaban 10 mil toneladas: hoy suman más de 38 millones. Sólo en los últimos 10 años su producción aumentó en 270%.

Por eso a simple vista parece razonable cuando nos dicen que la soja trae más desarrollo, trabajo y más riqueza.

Pero:

¿Qué tipo de desarrollo busca este modelo de producción?

La riqueza y el trabajo, ¿para quiénes son?

¿Qué consecuencias tiene para nuestro medio ambiente y nuestra salud?

¿Cuál es el costo que pagamos la gran mayoría de los argentinos con la sojización?

¡NO TODO LO QUE BRILLA ES ORO!

A largo plazo: Un Desierto

- Cada hora se talan montes en una superficie que equivale a 40 canchas de fútbol. En Santiago del Estero fueron arrasadas más de 300 mil hectáreas de bosque, en Salta casi 200 mil y en Chaco cerca de 120 mil (1998 – 2002).

- De continuar esta tendencia impuesta por la expansión de la frontera agropecuaria, en 10 años el 70% del suelo argentino quedará desértico, según afirmaciones de autoridades del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA).