Hoy la soja es el cultivo de mayor importancia a nivel mundial, y sus derivados son la principal fuente de ingresos para la Argentina.

Cuando se inició su siembra, a fines de la década del ’60, se cosechaban 10 mil toneladas: hoy suman más de 38 millones. Sólo en los últimos 10 años su producción aumentó en 270%.

Por eso a simple vista parece razonable cuando nos dicen que la soja trae más desarrollo, trabajo y más riqueza.

Pero:

¿Qué tipo de desarrollo busca este modelo de producción?

La riqueza y el trabajo, ¿para quiénes son?

¿Qué consecuencias tiene para nuestro medio ambiente y nuestra salud?

¿Cuál es el costo que pagamos la gran mayoría de los argentinos con la sojización?

¡NO TODO LO QUE BRILLA ES ORO!

Hambre y Pobreza para los Argentinos

- Más de 4 millones y medio de argentinos están desempleados. Mientras, la industria de la soja genera sólo un puesto de trabajo por cada 500 hectáreas sembradas.

- Argentina produce la mayor tasa de alimentos por habitante del mundo: en promedio unos 3 mil 500 kilos por habitante cada año. Sin embargo, entre 1990 y 2003, cerca de 450 mil compatriotas murieron por causas vinculadas al hambre.

- De cada 100 argentinos, unos 27 viven bajo la línea de pobreza, y no pueden cubrir sus necesidades alimenticias básicas. En el noroeste y en el noreste argentino esta cifra supera el 40%. Son las mismas provincias que en los últimos 15 años registraron un notable avance de la frontera agropecuaria por los monocultivos.